Creo recordar que ya he dicho que
Sasha era un chico reservado pese a su actitud en los últimos días.
Pues bien, parecía haber perdido todo interés en el caso en cuanto
llegó a la isla en la que se me había dado a luz... O eso es lo que
cualquiera hubiese pensado. La gente en general no solía conocerle
tan bien como yo lo hacía, y podría apostar mi más preciada
posesión a que simplemente estaba recopilando información.
Si algo diferenciaba a mi amigo del
resto de detectives de renombre era que no sólo se basaba en las
pruebas físicas que encontraba en la escena del crimen y el metodo
de inducción que tanta fama había conseguido en las últimas
décadas. Sasha iba un paso más allá, y analizaba cada uno de los
comportamientos de todos los implicados, aunque fuese mínimamente,
en el caso que iba a tratar. Una mirada furtiva, un apretón de
manos... todo esto era lo más útil, aunque raramente pasaba la
frontera de lo legal y era admitido en un tribunal.
Aunque Sasha ya había escuchado los
datos sobre el caso, insistió en escucharlos directamente de la
desesperada persona que había contratado sus servicios. En este
caso, se llamaba Ronald Stephard, un hombre que no sobrepasaría los
cuarenta y lucía un vistoso bigote castaño. Tenía los ojos azules
adornados con unas inmensas ojeras que parecían fruto de
innumerables noches pensando en
- El caso para el que me solicita, Sir Ronald Stephard – cortó Sasha- ¿Podría exponer claramente el problema?
Actuamos como solíamos hacer siempre.
Mi compañero se tapaba la boca con los dedos y apoyaba el pulgar
cerca de su mejilla (solíamos llamar a esa la pose del análisis
por motivos obvios), mientras que yo me limitaba a tomar nota de todo
lo que me resultaba sospechoso, interesante o simplemente digno de
recordar en un viejo cuaderno verde que llevaba conmigo desde que
Sasha me encontró.
- Por favor, llámeme Ron – sudaba copiosamente, pero su respiración era más bien la de alguien que se quitaba un gran peso de encima. Me apresuré a tomar nota en mi cuaderno.- Últimamente están ocurriendo cosas muy extrañas en la capital y alrededores. Ya tendrá datos de estos sucesos tan abominables. Han aparecido cuerpos sin vida tirados en parques, en la calzada... en cualquier sitio, como si no fuese premeditado. Las víctimas no parecen tener ningún tipo de relación entre sí, parecían ciudadanos normales sin enemigos remarcables. Y, lo más extraño de todo es que todos los cadáveres tienen una característica en común... no les queda sangre. Más de cuatro de los cinco litros que se encuentran el cuerpo de un adulto han sido sustraídos en la mayoría de estas víctimas.
Intenté apuntarlo todo tan rápido
como pude. Tenía mil preguntas que hacerle a aquel señor, pero no
debía distraerme en un momento tan importante.
- Aquí tiene los artículos de prensa, puede quedárselos – tendió a Sasha lo que parecían un montón de recortes en perfecto estado de conservación. Me sorprendió ver al menos veinte de ellos. Las imágenes eran ciertamente escalofriantes, pero yo era alguien más acostumbrado a la muerte que a las chicas de mi edad. -. Como podrá ver, no parece obra de algún pirado a los que estamos acostumbrados...
- ¿Supone entonces que se trata de algún ser sobrenatural? - Sasha enarcó una ceja, interrogante – Lo dudo enormemente.
- ¿Qué otra cosa podría ser? Actúa sin llamar la atención y sin dejar ningún tipo de pruebas
- ¡Que los inútiles del Scotland Yard no sean capaces de verlas no quiere decir que no haya pruebas! - Sasha golpeó la mesa con la palma de sus finas manos, pero trató de volver a la compostura cuando se dió cuenta de que todo el mundo le miraba.
Nos encontrábamos en The Brazen Head,
un bar donde se respiraba el folclore irlandés situado casi a las
afueras de la capital. La oscura madera de las mesas estaba muy bien
cuidada, y al fondo crepitaba un gran fuego que daba a todo un tono
anaranjado y medieval. Me gustaba ese sitio, todo el mundo era
agradable y sonreía...Todos los que aún respiraban.
Podía sentir una crecida en el nivel
de actividad en los últimos minutos, pero todo el mundo parecía
poner su mejor empeño en que ni Sasha ni yo nos percatásemos. Quizá
fuese porque sabían a qué se dedicaba mi amigo, o simplemente
porque eramos extranjeros y no querían inmiscuírnos en temas de la
ciudad... pero al final Sasha acabó levantándose con impaciencia
para salir a investigar.
Me apresuré a dejar suficiente dinero
en la mesa para pagar las consumiciones (pues sabía que si mi
compañero encontraba algo no volveríamos hasta transcurridos unos
días) y lo seguí.
La multitud se aglutinaba sobre un
mismo punto, al otro lado de la calle. Aunque ambos sabíamos lo que
encontraríamos allí, la sensación de emoción en mi estómago me
hizo ir a verlo más de cerca. Se podría decir que en aquel entonces
yo era un obseso de la muerte y los cadáveres, pero no me
interesaban más allá del oficio que estaba aprendiendo.
La víctima en cuestión era un hombre
algo mayor, rozando los sesenta. Le quedaba poco pelo encima de la
cabeza, aunque tenía una barba lo bastante tupida como para
describirlo como alguien de mucho vello. Los ojos grises estaban
abiertos de par en par, y parecía haber caído sobre un hombro que
tenía dislocado.
No había signos de violencia ni
sangre. Simplemente, había dejado de vivir.
¿Podría ser aquello lo que Sasha
tanto se negaba a aceptar? Quizá simplemente era algo fuera de
nuestro alcance. Algo más allá de lo que cualquier mortal pudiese
controlar. Algo sobrenatural.
Pub: The Brazen Head (en la actualidad) |
* Del ruso, ''sobrenatural''.
2 Comentarios:
Esperando a la siguiente entrega!
Aunque me pueda la impaciencia, he de admitir que mola que sea así, en plan por ``fascículos´´.
Me alegro de que te guste, pero ahora mismo ando un poco atrancado con los personajes y sus conexiones >< Así que la siguiente entrega tardará un poco en llegar ^^U
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